Psicosoft - Recursos Humanos: Es el momento de pensar en productividad

Soy forofo de mi empresa

Es curioso que a menudo utilizamos la frase “sentir los colores” cuando nos referimos a la fidelidad de un profesional a su propia empresa. Casi siempre acuñamos la frase sin pensar en lo que realmente significa “sentir los colores”, sin calibrar la profundidad de esta metáfora futbolística. Y es que uno puede cambiar de trabajo, de pareja, de partido político y hasta de religión… ¡pero nunca cambia de equipo! ¡Nunca!

¿Qué ‘misterio’ encierra esta incondicional fidelidad? ¿Por qué buscamos nuevas opciones en casi todos los ámbitos de la vida, pero no llegamos ni siquiera a imaginar la posibilidad de cambiar de equipo? Creo que existe un factor determinante y concreto que podría explicar este ‘forofismo misterioso’ y que puede conducirnos a un interesante paralelismo con el mundo empresarial.

La afición por un equipo de fútbol se forja en la mayoría de los casos en edad temprana, cuando los valores y las ideas calan para siempre. Bien porque tu padre te lleva al estadio, porque te convence tu mejor amigo del ‘cole’, o porque se te queda grabada una vivencia concreta… el caso es que es en la infancia cuando uno se hace de su equipo ¡para siempre!

Buscando el paralelismo empresarial, algunas empresas apuestan por el talento joven y se deciden a encontrar, incorporar, formar, desarrollar y promocionar a los profesionales desde el principio. Esta gestión integral les permite inculcar valores y cultura, construyendo profesionales verdaderamente fieles a la organización. Obviamente, la rotación sigue existiendo y no todos los profesionales se enganchan, pero el que se queda se convierte realmente en un forofo de la empresa. Incluso, en muchos casos, también el que se va sigue siendo forofo de la compañía y lleva grabada esa experiencia profesional allá donde vaya.

Es llamativo, por ejemplo, que el listado del estudio ‘Great Place to Work’ aparece encabezado por compañías que llevan en su ADN empresarial esta forma de gestionar que genera verdaderos incondicionales de la empresa. Se pueden ‘fichar’ estrellas de fuera, eficaces y rentables, pero ninguno sentirá los colores como el que experimentó sus vivencias empresariales más tempranas en la casa. Ese sí que puede decir con seguridad “Yo soy forofo de mi empresa”.

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