Psicosoft - Nos han engañado con el mito de la actitud

Nos han engañado con el mito de la actitud

Resumo en pocas palabras un paradigma, casi universal, que aplicamos en nuestra manera de entender nuestro comportamiento -y el de los otros-. Las circunstancias que vives afectan a la actitud, y la actitud determina las reacciones del individuo. Por lo tanto, si no te va bien, como no puedes cambiar las circunstancias, sólo te queda cambiar la actitud.

Cambiar actitudes parece fácil desde fuera del interesado, pero no he conocido a nadie que responda afirmativamente a una invitación de cambio de actitud. Te resistes a ello, simplemente porque estás inmerso en una forma de pensar que te tiene atrapado. Por otra parte, si te pones a intentar cambiar tu propia actitud, el lío mental en que te metes es de cuidado.

Pensemos por un momento de otra forma. Supongamos que tus comportamientos influyen en tus actitudes, y estas afectan a la manera en la que percibes el mundo. ¿Qué pasaría entonces? Resultaría que para cambiar la actitud, habría que actuar, hacer cosas diferentes, vencer tus propias inercias. La receta sería: «No le des más vueltas, ponte en marcha y tu actitud cambiará».

Bueno, pues resulta que todas las investigaciones actuales sobre comportamiento humano  apuntan en esta segunda dirección. La percepción no precede a la actitud, ni ésta a la reacción. Se trata de tres elementos que conviven en equilibrio dinámico. Percepción, actitud y comportamiento se relacionan y afectan recíprocamente.

Además, me hago una pregunta… ¿Cómo voy a cambiar mi actitud si sigo haciendo lo de siempre? La clave no está en cambiar mis actitudes, sino en la determinación y voluntad que ponga en actuar de otra forma.

Si no te gusta lo que ves, muévete. Verás que el panorama empieza a ser distinto. Y en consecuencia, si ha cambiado tu visión de las cosas, y además estás actuando de otra manera, a tu actitud no le queda más remedio que cambiar.

Empecemos a ponernos en marcha cuanto antes.

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