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MasterChef: Escuela de cocina… y de liderazgo

MasterChef es un talent show televisivo más que interesante. 15 aspirantes a cocineros compiten entre fogones por alcanzar el sueño de dedicarse profesionalmente a la cocina. Es un auténtico camino de superación profesional, en el que cada concursante trabaja individualmente o en equipo por cocinar lo mejor posible y convencer a un implacable jurado compuesto por Samantha Vallejo-Nájera, Pepe Rodríguez y Jordi Cruz, 3 chefs profesionales que juzgan cada día el trabajo realizado por los aspirantes.

La propuesta televisiva de MasterChef es, de por sí, bastante completa; pero es que además incluye en su desarrollo muchos y buenos ejemplos de gestión de equipos profesionales, metáforas perfectas para reflexionar sobre el liderazgo ligado al alto rendimiento. Estas son 4 paralelismos que he visto en MasterChef y que me han parecido interesantes:

  1. Detalles de orientación: Las pruebas de eliminación ponen a los participantes en los momentos de mayor tensión. Normalmente, las instrucciones que se dan antes de la prueba son claras y suficientes para elaborar la receta en cuestión. Sin embargo, hay aspirantes que, avanzada la prueba, se sienten agarrotados y perdidos, sin saber cómo continuar. Es el momento en que el jurado decide intervenir y acercarse a determinados concursantes para aportar alguna indicación añadida. No es ningún trato de favor, simplemente son pequeñas indicaciones que hacen mejorar el rendimiento del profesional… o al menos lo sacan del agobio en que se encuentra. Profesionalmente ocurre con frecuencia que el manager aporta indicaciones iniciales y nada más. No percibimos, a veces, que un pequeño seguimiento (que no control) puede multiplicar las prestaciones del profesional y conducirle al éxito.
    CONCLUSIÓN: LA ORIENTACIÓN ES IMPRESCINDIBLE PARA OBTENER RESULTADOS
  2. La elección de líderes: En las pruebas para elegir capitanes, los participantes no tienen la tensión de la eliminación pero sí la recompensa de ser elegidos capitanes para la prueba por equipos. En este caso aparece una idea muy interesante de directa aplicación en nuestro día a día. Dependiendo de la receta, unos participantes son más avezados que otros, ganan la prueba y son elegidos capitanes. En la prueba por equipos, cuando se trata de gestionar a otros y tomar decisiones, aparecen las dudas y la incapacidad para manejar la diversidad del grupo. Algunos capitanes fracasan estrepitosamente como capitanes, al tiempo que otros participantes que no destacaron por cocinar como se esperaba, se erigen en líderes y de un modo natural llevan las riendas del equipo y aportan para que la prueba se salde con éxito.
    CONCLUSIÓN: EL MEJOR DEL EQUIPO NO ES SIEMPRE EL MEJOR LÍDER
  3. El feedback positivo: Los momentos en que los participantes presentan sus ‘creaciones’ ante el jurado son, sin lugar a dudas, los mejores del programa. Esos instantes en los que Pepe está probando la comida a dos carrillos mientras el concursante espera ansioso el veredicto, esa asertividad implacable, casi borde, de Samantha, o las miradas enigmáticas de Jordi antes de emitir su opinión… el feedback juega aquí el mismo papel protagonista que tiene en la gestión de equipos profesionales. Es puro ‘developmental feedback’, es decir, feedback orientado claramente al desarrollo del participante. En MasterChef observamos cómo, muchas veces, el jurado fuerza la aparición de refuerzo positivo. Aunque el plato sea una chapuza, aparece el típico “bueno, no está malo de sabor”; o al contrario, cuando no ha salido muy bien, surge algún “de presentación está digno”. Esto demuestra la importancia de incluir en el feedback aspectos positivos para que el colaborador lo reciba en buena disposición y lo oriente a su propio desarrollo. El feedback solamente crítico puede herir y bloquear.
    CONCLUSIÓN: EL REFUERZO POSITIVO APOYA LOS MENSAJES DE FEEDBACK
  4. Virtudes exageradas: Algunos concursantes conocen sus fortalezas perfectamente. Bien por su propia autopercepción o bien porque el jurado ha elogiado una determinada faceta de su cocina en alguna prueba anterior. Pues bien, ha ocurrido con frecuencia que por exagerar esa fortaleza han caído en errores de bulto. Un ejemplo claro es el de un concursante que ha vivido en oriente y maneja con destreza el uso de las especias. Se le considera un innovador en este sentido. Sin embargo, a la hora de cocinar un cachopo asturiano (para el que no lo sepa, se trata de una especie de san Jacobo hecho con filetes de ternera) este concursante incluyo frutos secos en el rebozado y canela en la guarnición. Resultado: un desastre. En realidad ocurre con frecuencia que un punto fuerte profesional llevado al extremo, acaba por convertirse en área de mejora.
    CONCLUSIÓN: FORTALEZA EXAGERADA EQUIVALE A DEBILIDAD

MasterChef es, en mi opinión, un buen producto de televisión: está bien hecho, mantiene la atención del espectador y hace que algo tan cotidiano como cocinar se convierta en una competición trepidante. Aparte de todo esto, es un buen laboratorio para obtener ideas sobre gestión de equipos profesionales.

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