21 Sep Los riesgos de una formación ‘Low cost’
Está claro que la vida ‘Low cost’ se ha instalado definitivamente entre nosotros. Todo el mundo utiliza pequeños trucos para ahorrarse un dinerillo en sus gastos habituales y es lícito y normal que se elija, de entre todas las ofertas, la que menos repercuta en nuestro cada vez más reducido presupuesto. Pero, ¿se debe buscar el ahorro siempre o hay servicios para los que el ‘low cost’ no tiene cabida? Las últimas noticias sobre la dudosa seguridad de una famosa aerolínea de bajo coste han abierto el debate en canal y han puesto en duda las fórmulas de ahorro que utilizan las compañías ‘low cost’ en servicios que podríamos adjetivar como ‘delicados’.
Entre los proveedores de recursos humanos también existe el ‘low cost’. Y cada vez más, como en todos los mercados. En el afán por conseguir que su propuesta sea la elegida, muchos optan por bajar los precios hasta el límite, confiando en eliminar después costes “de donde sea”. ¿Consecuencia? El servicio se resiente y aparecen los renombrados y temidos ‘recortes’: contenidos recauchutados de antiguos proyectos similares, planteamientos genéricos y alejados de la realidad del colectivo, consultores freelance que no están lo suficientemente preparados… en definitiva, viejos fantasmas de proveedor mediocre que confirman la manida máxima: Lo barato acaba saliendo muy caro.
Cierto es que los presupuestos destinados a formación y desarrollo se han reducido; cierto es también que los proveedores deben esforzarse por presentar un planteamiento diferencial respecto a otros. Pero ese esfuerzo por diferenciarse no puede focalizarse únicamente en la reducción de precio. El diseño adaptado, la cercanía a la realidad del colectivo, las soluciones de valor añadido y los consultores especializados siguen siendo (son ahora más que nunca) argumentos de peso para desarrollar con éxito un importante proyecto de formación y desarrollo. Los presupuestos son ahora más reducidos, por eso es vital que lo que hay se invierta adecuadamente. Un ‘low cost’ en formación puede desembocar en una chapuza de nefastas consecuencias.
Está bien que incentivemos al mercado para que nos ofrezca cosas buenas a menor coste… pero no olvidemos que hay servicios en que el ‘low cost’ puede conllevar un alto riesgo. La formación y el desarrollo de los profesionales es, sin duda, uno de ellos.