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Las 4 estaciones de la ruta del cambio

Envueltos como estamos en esta era de cambios profundos y continuos, empresas y  profesionales experimentamos, cada uno a nuestra manera, los procesos de reinvención y adaptación en los que nos vemos inmersos. La flexibilidad y capacidad de adaptación al cambio ha pasado de ser una cualidad valorada, a ser, prácticamente, una necesidad.

Pero, ¿cómo experimentan las organizaciones y los individuos todos estos cambios? Ahora que los modelos de Change Management se han posicionado como imprescindibles en la formación de los líderes empresariales, es fundamental comprender cómo atraviesan las compañías y los profesionales la denominada ‘Ruta del Cambio’; siempre teniendo en cuenta que venimos de una etapa estable de bonanza en la que reinventarse no era especialmente necesario para triunfar.

Aunque la velocidad o el tiempo de estancia en cada fase varía según la empresa o la persona, podríamos establecer 4 momentos que todos recorremos cuando nos vemos inmersos en un proceso de cambio, y debemos asumirlo y entenderlo:

  1. “Estamos satisfechos”: Lo primero es mostrarse satisfecho con lo conseguido hasta ese momento y confiar en lo que siempre ha funcionado. Como el modelo ha sido eficaz hasta ese momento, es normal que se adquiera una postura de continuidad sin ver la necesidad de reinvertarse. Sabemos hacer las cosas, hemos obtenido hasta ahora buenos resultados y seguimos confiando en nuestra manera de hacer.
  2. “No nos afecta”: La segunda estación es otro clásico: Pensar que el cambio no tiene que ver con nosotros, que se trata de una moda pasajera o de una situación a corto plazo. Es un momento en que “echamos balones fuera” y pensamos que la situación es de otros y por culpa de otros.
  3. “¿Qué hemos hecho mal?”: Esta es la fase de verdadera confusión, el momento en que empezamos asumir que el cambio es necesario y nos empezamos a preguntar qué está pasando, qué error hemos cometido y cómo hemos podido llegar a esta situación. Es una estación delicada en la que hay que fomentar la expresión de emociones, tanto positivas como negativas.
  4. “Podremos arreglarlo”: La última de las cuatro estaciones es la positivista, la que nos lleva a pensar que podemos conseguirlo. Es el momento de confiar en los nuevos métodos, de ser flexible y de instalarse en una postura de mejora continua y aprendizaje. El cambio ya nos parece bueno, mejor que lo anterior, y apostamos por mantenerlo y reforzarlo.

Estas 4 estaciones definen el modo en que reaccionamos ante el cambio o el modo en que una organización responde a una necesidad de cambio. Es importante entender que, dependiendo de la persona o de la empresa, las fases se pasan más o menos rápido. Para liderar un cambio, es de gran ayuda entender las cuatro estaciones, identificar en cuál estamos y actuar para avanzar en la ruta con normalidad y fluidez.

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