17 May Dirigir requiere simplificar
¿A quién no le parece que dirigir es una tarea compleja? ¿Quién diría que su negocio no está plagado de matices, detalles y consecuencias difícilmente previsibles?
Los directivos debemos tener una gran capacidad para retener información, analizarla desde diferentes perspectivas y bajo distintos supuestos, incluso trabajar con variables desconocidas, pero… ¿Qué pasa cuando trasladamos toda esa abundancia de información, matices e incertidumbres a nuestros equipos?
En contra de lo que cabría suponer, un grupo humano no asimila ni retiene más información que un individuo. Los grupos se rigen por reglas y principios simples, que facilitan una interpretación homogénea y coherente. Si las orientaciones son confusas o complejas, se dispersa la interpretación y las reacciones se pierden en diferentes caminos, que terminan anulando el esfuerzo colectivo.
Por supuesto que los directivos tenemos que transmitir información y comunicar, pero una vez más, no es una cuestión de cantidad, sino de calidad. Y la calidad es más simple que compleja, requiere más síntesis que profusión. Por eso…
- Analiza desde los datos e información objetiva y fiable. La información objetiva aporta credibilidad y favorece la confianza.
- Sintetiza después de analizar. Es más fácil analizar que sintetizar, porque la síntesis requiere decisión. Elegir con qué te quedas, descartando otros elementos. Percibimos riesgo cada vez que decidimos, haz frente a ese riesgo. Sin riesgo no hay beneficio.
- Utiliza un lenguaje claro y sencillo, con imágenes y referencias visuales para transmitir orientaciones y criterios.
- Por último, apóyate en la ilusión. Que acompañe a tus orientaciones. Si quieres provocar acción, la ilusión es un motor muy potente.
Simplifica para establecer un rumbo claro, usa un lenguaje simple y cercano, además de poner ilusión a tus orientaciones.